El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró que implementará un sistema de aranceles “recíprocos” que no solo incluirá los aranceles tradicionales, sino también los sistemas de Impuesto al Valor Agregado (IVA), así como subsidios y barreras comerciales no monetarias.

“Cualquier país que cobre a los EU, nosotros se la cobraremos a ellos, ¡ni más ni menos!”, escribió el presidente Trump en redes sociales, y también señaló que el IVA es “mucho más punitivo que un arancel”, ya que no permitirá que otros países lo utilicen para perjudicar a EU.
De concretarse la medida, podría desencadenar un caos en las cadenas de suministro globales y generar represalias por parte de los socios comerciales de Estados Unidos, de acuerdo con expertos.
Louis Conde, director de la práctica de Seguridad Nacional, Comercio y Tecnología en Alvarez & Marsa, comentó que si dicha política despega, las cadenas de suministro mundiales podrían verse sumidas en un caos potencial.
Conde advirtió que las empresas que dependen de la fabricación transfronteriza, los mercados extranjeros o los proveedores globales, deben prepararse para el impacto y replantearse sus estrategias de inmediato. “No se trata solo de palabras, sino de un posible cambio radical en las reglas del juego”, dijo.
Por su parte, Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Banco Base, explicó que a diferencia de un arancel del 25 por ciento al acero, donde el impacto a las cadenas de suministro sería directo, la medida del IVA generaría problemas al analizar qué productos cruzan varias veces la frontera.
Francisco J. Peña-Valdés, secretario general binacional de la AEM, explicó que la política de Trump busca reducir el déficit comercial de EU con sus socios, especialmente México.
“EU considera que el IVA es discriminatorio porque cuando entran sus productos a México se les cobra el 16 por ciento de IVA, mientras que México cuando exporta a EU no cobra nada”, señaló Peña-Valdés.
Esta perspectiva, podría llevar a E.E.U.U a imponer aranceles equivalentes al 16 por ciento del IVA mexicano sobre los productos importados desde México.
“Esto haría que productos como autos, autopartes, alimentos, electrónicos y los bienes de la industria maquiladora se encarezcan, reduciendo su competitividad en el mercado estadounidense”, advirtió.
Peña-Valdés también destacó que, de implementarse esta medida, las empresas estadounidenses podrían buscar otros países con sistemas fiscales más “amigables” para manufacturar sus productos.
Inga Fechner, economista sénior de Comercio Global en ING, explicó que el IVA se aplica como un impuesto basado en el destino, lo que significa que se cobra en función del lugar donde se consumen los bienes o servicios, en lugar de donde se producen. Este enfoque, señaló, está alineado con los principios de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Con información de El Financiero.
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